El Origen Ginándrico del Ser Humano

ADAN y EVA, los míticos personajes de la Biblia, resumen la tradicional creencia de que en el proceso de la creación primero fue “hecho” el hombre (Adán) y después la mujer (Eva).

El problema del origen del ser humano ha constituido la esencia ideológica de todas las culturas y religiones de la humanidad.

ADAN y EVA, los míticos personajes de la Biblia, resumen la tradicional creencia de que en el proceso de la creación primero fue “hecho” el hombre (Adán) y después la mujer (Eva).

Al margen de la cuestión de si existió o no realmente ADAN y EVA prima el problema de interés antropológico de si es cierto o no, que en el proceso de la creación fue primero el macho y después la hembra.

EL SEPTRIONISMO plantea las siguientes cuestiones previas para desarrollar un análisis esclarecedor:
1ero.- ¿El Humano surgió en la primera etapa de su vida con los dos sexos?... (Teoría Hermafrodita).
2do.- ¿El humano surgió en la vida, primero como “macho” (hombre) y después como “hembra” (mujer)?... (Teoría Andrógina).
3ero.- ¿El humano surgió a la vida primero como “hembra” (mujer) y después como “macho” (hombre)?.. (Teoría ginándrica).

El Septrionismo sostiene que toda la fenomenología Cosmobiológica se sustenta en las leyes de la Naturaleza; y que, le Ley de Correspondencias nos permite formular la tesis de que: “Los fenómenos biológicos actuales constituyen una réplica acelerada de la cosmogénesis de las especies”. Dicho de otra manera: “El proceso de la Creación en el pasado debió requerir de muchos milenios para programar las leyes y fenómenos genéticos; pero una vez programada estas leyes, el tiempo de gestación fue acelerándose hasta los actuales periodos procreativos, sin que esto alterara los fenómenos genéticos preestablecidos”.

La tesis ginándrica del Septrionismo ha encontrado que en el proceso de gestación, después de un periodo de indefinición sexual emerge el órgano genital femenino y que mantendrá su signo femenino, si las potencias cromosomáticas-hormonales se han fijado previamente como de naturaleza sexual femenina. Por el contrario, si la potencialidad cromosomático-hormonal induce a la naturaleza sexual masculina, el rudimentario órgano genital femenino experimentará una transformación. El incipiente clítoris se desarrollará hasta convertirse en pene y los ovarios se “mascularan” hasta formar los testículos.

Este maravilloso fenómeno sigue manifestándose en la actualidad y puede comprobarse tanto en el desarrollo fetal del humano como en el de las especies animales.
La comprobación de éste fenómeno evidencia que el humano ha experimentado un origen GINANDRICO y no andrógino como se ha venido sosteniendo.


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Figura 1. Esbozos gonadales y de los genitales internos de un embrión en el período indiferenciado del desarrollo sexual. Las gónadas no muestran particularidades de uno u otro sexo. En ambos sexos, se observa la coexistencia de los conductos de Müller y de Wolff. (Modificado con permiso de : Moore KL, Persaud TVN : Embriología clínica. México : McGraw-Hill Interamericana Editores, 1999).










Fig. 2.

A. Embrión en el período indiferenciado del desarrollo de los genitales externos.
B. Esquema de la diferenciación de los genitales externos en el sexo masculino.
C. En el sexo femenino (Reproducido con permiso de: Doménech Mateu JM : Development of the genital tract. En: Textbook of intersexual states. Martínez Mora J., ed. Barcelona: Ediciones Doyma, 1994: 39-59).

Todas las figuras fueron tomadas de :
Revista Chilena de Anatomía. v.19 n.1 Temuco abr. 2001
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0716-98682001000100012&script=sci_arttext&tlng=es



DEL EMBRION AL FETO

Los antiguos cristianos creían que “para que el feto estuviera animado, o sea dotado de alma humana, se requería cierta organización biológica; según muchos, de ochenta días para la mujer, y de cuarenta días para los varones. [1]
EL SEPTRIONISMO sostiene que, efectivamente, el alma no se posesiona del cuerpo en el momento de la fecundación. Requiere de 35 días de desarrollo embrionario para recién convertirse en Feto.

El Septrionismo hace una invocación a los estudiosos de la biología y de las teologías para efectuar un estudio serio, meticuloso y desapasionado de la verdad que encierran estos problemas de la cultura moral de la humanidad, con el fin de asumir un criterio más real con la problemática de la vida, del ser, de su planificación responsable y del necesario control de natalidad que debe asumirse como una alternativa racional de la problemática poblacional de nuestros tiempos.
Por : Shikry Gama

[1]Esta creencia fue modificada por la Const. Apostólicae Sedis del 12 de Octubre de 1869.
“La Doctrina anterior a la Const. Apostolicae Sedis (12 de Octubre de 1869) requería que el feto estuviera animado, o sea, dotado de alma humana, porque una opinión muy difundida entre los antiguos sostenía que el feto no está animado desde el momento de la fecundación, sino solo más tarde, cuando ha adquirido cierta organización; según muchos, ochenta días para las mujeres, cuarenta días para los varones; cf Santo Tomás, Summa Theológica I q. 118 art. 2 ad 2. La Constitución mencionada suprimió la distinción entre feto animado e inanimado. Cf. Can. 747 (comentario en vol. 2 n. 67) Tomado de la página 510 de “Comentarios al Código de Derecho Canónico” ; Vol. IV Cánones 1999-2414 por Tomás García Barberena; la Editorial Católica S.A., Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1964.